El precio del oro 53 años tras la pérdida de su patrón

53 años tras la pérdida del patrón oro – La depreciación monetaria desde 1971

«Solo el oro constituye dinero verdadero; todo lo demás es simplemente crédito»

Esta afirmación, atribuida a John Pierpont Morgan, un empresario estadounidense y el banquero privado más prominente de su era, ha demostrado su validez repetidas veces a lo largo de la historia.

El patrón oro, introducido inicialmente a finales del siglo XIX, garantizaba que cada moneda estuviera respaldada por una cantidad específica de este metal precioso. De esta manera, se podía canjear papel moneda por oro en cualquier momento, instaurando una sensación de seguridad y confiabilidad en el sistema financiero.

La ausencia de este estándar provoca que la confianza en la estabilidad de las divisas fluctúe significativamente, especialmente durante periodos de incertidumbre económica.

Aunque la inflación continúa su tendencia a la baja, el reciente auge en el precio del oro, impulsado por expectativas de ajuste en las tasas de interés y preocupaciones geopolíticas, reafirma la posición del metal como un recurso indispensable de protección tanto para bancos centrales como para las carteras de inversión de particulares.

Un diluvio de monedas fiduciarias

En 1971, Richard Nixon, presidente de Estados Unidos en aquel entonces, eliminó sorpresivamente el patrón oro que había proporcionado estabilidad a las monedas globales durante décadas.

Esta decisión marcó el comienzo de la era de las monedas fiduciarias, reguladas y emitidas por los estados. Dichas monedas no poseen valor intrínseco, siendo aceptadas únicamente por el respaldo gubernamental como medio de pago oficial. Por tanto, su valor no deriva de un bien tangible como el oro, sino de la confianza depositada por la sociedad en estas.

La eliminación del patrón oro permitió a los gobiernos emitir moneda de manera prácticamente ilimitada, lo que derivó en un incremento descontrolado de la masa monetaria y, por consiguiente, en una depreciación de la moneda. Como resultado, los precios de bienes y servicios experimentaron un crecimiento exponencial, mientras que el valor real del dinero disminuyó.

Los países BRICS adoptan ahora una perspectiva distinta, considerando al dólar devaluado como insuficiente. Será interesante observar cuántas naciones se sumarán a esta iniciativa y cómo evolucionará su influencia a nivel internacional.

«El oro es una moneda. Todavía es, por todas las señales, una moneda premium. Ninguna moneda fiduciaria, incluido el dólar, se le iguala.»

Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de EE. UU.

El papel de los bancos centrales tras perder el patrón oro

Entidades como la Reserva Federal de EE. UU. o el Banco Central Europeo enfrentan el reto de gestionar la oferta monetaria para asegurar la estabilidad de precios. Lograr un equilibrio entre la estabilización económica y la prevención de una devaluación excesiva del dinero parece ser una tarea cada vez más ardua.

En la actualidad, se requieren aproximadamente 20 dólares para adquirir lo que en 1971 se podía obtener con un dólar. Esta realidad se extiende también al mercado inmobiliario, donde lo que antes se consideraba una vivienda asequible, en la actualidad resulta inalcanzable para muchos.

Precio del oro en dólares 1973-2023.

Críticas hacia la política monetaria expansiva de los bancos centrales

La actuación de estas instituciones enfrenta crecientes cuestionamientos. Hay un consenso creciente en favor de vincular nuevamente la moneda con activos reales como el oro para frenar la depreciación monetaria y fortalecer la confianza en el sistema financiero.

El hecho de que numerosos bancos centrales se respalden en el precio del oro en momentos de crisis evidencia las significativas adquisiciones de este metal por parte de entidades del sur global, miembros de BRICS y estados árabes en años recientes.

«Sin el patrón oro, no existe un medio seguro de conservación del valor y, por lo tanto, tampoco hay protección contra la inflación. Por esta razón, tiene sentido para los bancos centrales respaldar indirectamente la moneda con oro, proporcionando así cierta estabilidad a la moneda.»

Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de EE. UU.

No obstante, las últimas décadas han visto una preferencia por políticas monetarias expansivas destinadas a fomentar el crecimiento económico y responder a crisis financieras, lo cual ha conducido a la formación de burbujas especulativas, tal como ocurrió en 2008.

La primavera de 2023 fue testigo de una serie de colapsos bancarios en EE. UU., así como de una fusión de emergencia entre dos bancos en Suiza. Estos eventos indican que un cambio significativo en el sistema financiero global parece ser inminente, afectando a prácticamente toda la población, muchas veces desprevenida ante tales eventualidades.

Consecuencias de la depreciación monetaria: Incremento de precios y carga para la población

El alza extremadamente aguda en el costo de vida, debido a una inflación no vista en casi un siglo, ha impuesto una gran presión sobre la sociedad en los últimos dos años. El gasto en alimentos básicos y energía se disparó, mientras que los ingresos no crecieron al mismo ritmo. Los ciudadanos han tenido que agotar sus ahorros, lo que ha erosionado aún más la confianza en el sistema monetario.

Además, la depreciación monetaria afecta también a la economía global. En particular, la economía alemana muestra una contracción preocupante.

Algunos argumentan que la eliminación del patrón oro fue necesaria para responder de manera más flexible a las crisis económicas. Sin embargo, la realidad demuestra que tales medidas solo ofrecen efectos a corto plazo.

Contener la depreciación monetaria – El oro como salvaguarda

Retornar a un sistema basado en activos de valor real, como el oro, ayudaría a contener la depreciación de la moneda y los severos pérdidas de poder adquisitivo, restableciendo la confianza en el sistema monetario y el euro.

No obstante, la economía mundial se ha adaptado al sistema de moneda fiduciaria actual, lo que hace improbable un cambio radical. El futuro dependerá de si se pueden hallar soluciones sostenibles. De lo contrario, la depreciación de nuestras monedas podría intensificarse.

Mirando al pasado, se observa que el oro ha logrado preservar el poder adquisitivo.

Para mitigar los impactos negativos de la depreciación monetaria, numerosas personas continúan optando acertadamente por inversiones en activos tangibles como el oro y la plata, que históricamente han ofrecido protección contra la pérdida de valor del dinero.